Entre la producción cerámica del mundo antiguo se encuentran unas piezas que destacan por
su función y belleza, nos referimos a las lucernas.
Hasta obtener su forma definitiva, las lucernas sufrieron una larga evolución que podemos
remontar a la prehistoria, donde se fabricaban en hueso o piedra, obteniendo ejemplares tan bellos
como la conocida lámpara decorada de La Mouthel, y usando como combustible la grasa animal.
Con la aparición de la agricultura y la cerámica en la cuenca mediterránea, las lámparas sufrirán
una transformación total. Será ahora el barro la materia prima para su construcción y el aceite de los
olivos mediterráneos el combustible ideal para su funcionamiento. Las más antiguas, fabricadas a
mano o a torno, son recipientes llanos, abiertos en forma de escudilla2. Con el tiempo se les añadiráuna
especie de pico pellizcando la pasta con los dedos3; y en ocasiones estos picos son más de uno.
Siguiendo su evolución, más adelante, las lámparas presentarán un cuerpo circular, pico, asa
y el inicio de una orla realizada de manera sencilla, introducinedo hacia el interior del cuerpo los
bordes de la pieza4. Sobre este modelo surgirá primero la lucerna helenística, cuyas características
son: su alto pie, pasta ligera y fina, así como un gran reservorio prácticamente cerrado; y
posteriormente, la romana, con unas claras diferencias. Será a partir del siglo Ii a.d.C., cuando con
el empleo generalizado de moldes5, se podrán fabricar en cantidades que favorecerán su exportación
a todo el mundo conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario